La música es el único lenguaje en el mundo, que tiene la capacidad de tocar el alma de las personas. Pero entonces tenemos que hacernos una pregunta, y es… ¿qué es el alma?
Para explicarlo, primero hay que entender que los seres humanos somos cuerpo, alma y espíritu. Una forma de ilustrarlo es la mandarina: La cáscara, vendría siendo nuestro cuerpo; el alma, vendría siendo la pulpa, lo que nos comemos; y el espíritu, vendría siendo la semilla. En esta oportunidad, nos vamos a concentrar en el alma, en ese lugar adonde llega la música, donde llegan las canciones. En el alma están nuestros pensamientos, donde razonamos, están nuestros sentimientos, nuestras emociones y está nuestra voluntad, es decir, la capacidad que tenemos de tomar decisiones.
Utilizaremos unos ejemplos prácticos: Si una canción es de despecho, de desamor: es una canción que va a producir sentimientos de tristeza en quien la escucha. Si una canción promueve las cosas vulgares, la inmoralidad sexual, si una canción es explícita: inclinará la voluntad de quien la está escuchando a la inmoralidad sexual y a una vida de antivalores. Una canción de amor, de admiración a la esposa: es una canción que va a llevar al oyente a amar más a su esposa. Una canción que hable de esperanza: Producirá sentimientos de ganas de vivir, de ánimo, de querer seguir hacia adelante. Una canción que vaya dirigida a Dios, por supuesto será una canción que conectará a la persona que la está escuchando, a una relación con Dios.
¿A qué quiero llegar con todo esto?
- Debemos tener un filtro de la música que escuchamos, porque sin duda nos afecta, para bien o para mal.
- Un mensaje para todos los que somos músicos, por favor, tengamos conciencia de la gran herramienta que Dios puso en nuestras manos, llamada música, es una inmensa responsabilidad lo que estamos comunicando con ella.
MATEO 16:26
¿de qué sirve al hombre ganar al mundo, si al final pierde su alma?